Pongo mi oreja a la tierra, es una decisión de
acortar distancias entre mi cuerpo, la naturaleza y los otros seres vivos.
De pronto presté atención a los topónimos, sentí la necesidad de observar, escuchar, meterme en la tierra y sus paisajes, transitar sus brazos, advertir sus heridas y cicatrices, cuidar, desandar caminos antiguos. Intentar vivir adentro de la tierra, la obra es el desafío de traducir ese proceso en versos.
23 x 15 cm
86 páginas
ISBN: 978-987-3928-54-3
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