Julio 2018
"Siempre, desde mi infancia sentí una atracción irresistible por las culturas precolombinas. Cuando niña, me miraba al espejo y pensaba: soy una indiecita perfecta... piel mate, ojos oscuros que se vuelven una rayita cuando me río, pómulos altos y pelo azul extremadamente lacio. Mi padre me contaba que allá, en la raíz había sangre minuán: Y eso me gustaba.
Tan solo un soñador es un libro
basado en una tradición oral transmitida de generación en generación. Está
basada en un único dato concreto, que es el origen y la vida del padre de mi
tatarabuelo, Caraví Méndez, dijo en su lecho de muerte: 'No se olviden de
recordar mi origen'. Supongo que se refería al mestizaje de su sangre: madre
charrúa (Isú) y padre español (Francisco Méndez).
Constatar que los nombres y las fechas coincidían con la tradición oral y poder, de esa manera, comprobar que se trataba de una historia verdadera y no solo de un mito familiar fue para mí una fiesta emocional que todavía estoy celebrando. La sangre charrúa es fuerte, se impone, se niega a morir y yo los siento en mis venas: ellos están en mí, porque la sangre también puede recordar".